Podemos
diferenciar dos tipos de modos de conexión a la red, mediante medios guiados o
medios no guiados.
Dentro de
los medios guiados encontramos dos variantes:
Conexión
mediante cables, formado por dos conductores (hilos de cobre) trenzados en forma
de hélice. Cada conductor cuenta con un recubrimiento aislante de plástico y el
cable en su conjunto posee un aislante propio. Como ventajas destacamos el
reducido coste y la facilidad de instalación, pero con este modo de conexión a
la red la velocidad de transmisión disminuye con la distancia.
Conexión
mediante fibra óptica, es un medio de transmisión flexible y transparente fabricado con
vidrio o materiales plásticos que se emplea para transportas ondas luminosas.
Posee un material en su interior y otro que lo recubre. El exterior posee un
índice de reflexión más bajo. Es necesario destacar el elevado coste del medio
de transmisión y del equipo necesario para el usuario. En cambio, tiene
multitud de aspectos positivos como un ancho de banda elevado, permite
comunicaciones a larga distancia con un número reducido de repetidores, la
señal que emite la fibra óptica no sufre la influencia de campos
electromagnéticos externos y cada fibra puede transportar diversos canales.
Y respecto a
medios no guiados:
Conexión
mediante redes móviles, aunque inicialmente la red móvil, consistía en
la transmisión de voz, soporta hoy en día la transmisión de todo tipo de datos
y, en particular, proporciona soporte para la conexión móvil e internet.
WiFi, son redes
locales inalámbricas basadas en los estándares IEEE802.11 La transmisión de
datos mediante estas redes se realiza mediante ondas de radio. Los dispositivos
se conectan a la red mediante un punto de acceso inalámbrico. El alcance de la
señal depende de la presencia de muchas redes distintas y de la existencia de
paredes gruesas.
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